IRRITABILIDAD E IRA MASCULINA. Psicología del autocontrol #936571

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Un preámbulo para el hombre que quiere estar en paz
Nos gustaría hablarte como nos hubiera gustado que nos hablaran a nosotros: sin juicio, con respeto y con un plan. Porque la ira no aparece de la nada ni es señal de que seas “malo”. La ira, tal y como la vivimos muchos hombres, es una historia larga que empieza pronto y se va enredando hasta que parece que ya no hay salida.
A veces empieza a los cuatro años. Ese niño inquieto al que todo le toca por dentro; que se altera con el ruido, que no soporta la injusticia de un juguete arrebatado, que explota y luego se queda deshecho porque no sabe volver. En casa, los hermanos aprenden rápido el botón rojo: provocarle un poco, empujarle al estallido, dejarle solo con la culpa y con la etiqueta de “qué carácter tiene”. En el colegio, más de lo mismo: “siempre se mete en líos”, cuando en realidad casi siempre respondió al empujón que no se vio.
Después llega la adolescencia y la cosa se complica. Los amigos prueban los límites, pican por deporte, y el que no sabe frenar cae en la trampa. Una mirada, una broma subida de tono, “no te enfades, hombre”… y otra vez lo mismo: reaccionas, rompes algo, te vas, quedas como el ogro. Por dentro, la misma mezcla de rabia y vergüenza: “¿por qué no puedo controlarme?”.
Más tarde, en pareja, aparecen versiones nuevas del mismo guion. Una broma íntima en público, un gesto de desprecio, una comparación hiriente. Sientes que te están haciendo pequeño delante de todos y te sube una ola que te arrastra. No tienes herramientas a mano. Te oyes decir lo que no querías decir. Ves en los ojos de quien quieres ese susto que te rompe. Prometes que no volverá a pasar… y, sin embargo, vuelve.
Lo que la gente no sabe es lo que ocurre después. Que muchas noches, mientras la casa duerme, tú no. La cabeza da vueltas; el corazón, también. Recorres una y otra vez la escena; te peleas con lo que debiste hacer y no hiciste; buscas alivio en bebidas que prometen energía pero te la roban después; picoteas azúcar para engañar la ansiedad. Amaneces con el pulso alto y la paciencia baja. Y el día siguiente empieza ya en ámbar.
Este libro está escrito para ese hombre. Para ti, si te reconoces en algo de esto. Para nosotros, que también lo hemos vivido de cerca. No es un dedo acusador ni un sermón. Es un manual de mecánica emocional y de carácter práctico: menos moralina, más palancas que funcionen en días reales con trabajo, tráfico, pantallas, hijos y cansancio.
La tesis es sencilla: gran parte de lo que llamamos “mal carácter” no es un defecto esencial, es una mecánica que se puede cambiar. Si entendemos cómo sube la activación y qué la mantiene, si aprendemos a frenar en caliente y a construir sistemas que nos sostengan en frío, las explosiones dejan de gobernarnos. No buscamos convertirte en un monje; buscamos darte segundos de margen cuando más los necesitas y hábitos que te bajen la media de irritabilidad sin que tengas que reinventarte como persona.
En estas páginas vas a encontrar tres cosas:
1) Comprensión sin excusas. Hablaremos de cómo se forma el patrón: la sensibilidad temprana, el papel de los hermanos y los amigos, los mensajes culturales que confunden orgullo con honor y silencio con fortaleza. Veremos la fisiología (sueño, cafeína, pantallas, alcohol) y cómo pequeños cambios tienen un impacto enorme. Entender no es justificar; es preparar la palanca adecuada.
2) Herramientas concretas. Protocolos de 90 segundos para cortar la subida; respiración 4–6–8; frases de corte que no humillan; “tiempo fuera” que no es huida; “yo + petición” en 15 palabras para no escalar; microacuerdos verificables; plantillas de “si/entonces”; una rutina de llegada a casa que baja dos puntos el termómetro; y dos programas guiados (14 y 28 días) para pasar de la irritabilidad a la calma con tablero visible y métricas sencillas.
3) Un camino de carácter. Porque no basta con apagar fuegos: queremos construir un hombre que inspira calma, que pone límites sin aplastar, que repara sin “peros” y al que sus hijos reconocen como alguien seguro. Hablaremos de valores, de paciencia entrenada, de pedir ayuda sin vergüenza y de cómo pasar del “perdón” a la enmienda sostenida durante semanas y meses.
También diremos lo que no es este libro. No es una excusa para dañar ni un permiso para culpar a otros. La ira de nadie justifica la agresión. Aquí distinguimos provocación de responsabilidad: puede que te provoquen, sí; la respuesta sigue siendo tuya. No eres culpable de haber aprendido sin herramientas; sí eres responsable de aprenderlas ahora. Tampoco sustituye a la ayuda profesional cuando hace falta. Si hay daño a personas u objetos, control coercitivo, consumo de sustancias ligado a explosiones, o miedo en casa, hace falta apoyo especializado y medidas de seguridad. Lo diremos claro cuando toque.
¿Por qué merece la pena leerlo? Porque cada discusión que no estalla ahorra dos días de distancia. Porque cada “pausa a tiempo” enseña a tus hijos cómo se vive en serio. Porque volver a casa con un protocolo de aterrizaje y con la voz dos puntos más baja cambia el clima de una familia. Porque dormir mejor, cenar con cabeza y sacar el móvil del dormitorio no es magia: es mecánica que devuelve margen. Porque la serenidad no es un rasgo con el que se nace; es un conjunto de hábitos que se entrena. Y porque hay otro guion más allá del “es que yo soy así”.
Imagina una versión de ti mismo que, en la rotonda, respira y mantiene el carril; que, en el correo en mayúsculas, responde con propuesta y fecha; que, cuando oye una burla en público, dice “paramos aquí, lo hablamos luego” y luego vuelve; que, si se equivoca, repara sin condiciones; que protege su sueño como protege a los suyos; que aprende a decir “no” a tiempo; que puede mirar a sus hijos y decir con verdad: “me estoy entrenando, y se nota”. No es una película. Es la suma de decisiones pequeñas repetidas.
A lo largo del libro usaremos una voz cercana, en plural, porque no hablamos desde una tarima; hablamos desde el mismo suelo. Nos apoyaremos en lo que sabemos que funciona en hombres españoles y latinoamericanos, con sus horarios, sus ritmos, sus códigos de orgullo y de broma, sus trabajos y sus familias. Encontrarás casos reales (o muy verosímiles), guiones que podrás ensayar esta misma semana, y hojas de ruta que caben en la nevera y en el móvil.
Si ahora mismo estás cansado, si alguna gente te tiene miedo, si tu pareja te ve más lejos, si tú mismo te ves a veces desde fuera y no te reconoces, este libro es para ti. No te promete una vida sin conflictos. Te promete herramientas para no perderte cuando aparezcan, para volver mejor cuando caigas y para construir, día a día, una masculinidad tranquila: la que baja la tensión, cumple la palabra y deja calma a su paso.
Empezamos cuando tú quieras. Si hoy solo puedes con una cosa, que sea esta: pantallas fuera una hora antes de dormir. Mañana verás el mundo medio grado más bajo. Y con ese medio grado, empezaremos a mover todo lo demás.
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Altre informazioni:

Formato:
ebook
Editore:
masmasculino.com
Anno di pubblicazione:
2025
Dimensione:
8 MB
Protezione:
drm
Lingua:
Spagnolo
Autori:
masmasculino.com