ADICCIONES MASCULINAS: DROGAS, SEXO, JUEGO Y EL RIESGO EN LA VIDA DE LOS HOMBRES #936548

di masmasculino.com

masmasculino.com

(Ancora nessuna recensione) Scrivi una recensione
9,99€

Leggi l'anteprima

Este libro nació de una constatación incómoda: demasiados hombres viven bajo la consigna de “aguantar” aun cuando el precio sea el cuerpo cansado, la mente acelerada, la pareja que se aleja, los hijos que caminan en puntillas, el trabajo que exige estar arriba y una cultura que aplaude el exceso mientras susurra “no pidas ayuda”. A ese guion lo llamamos normalidad, pero es una normalidad que nos rompe por dentro y por fuera. Cuando el alivio rápido se sienta a la mesa —una copa que promete descanso, una raya que promete enfoque, una apuesta que promete emoción, una pantalla que promete compañía— no entra solo: entra un tercero que manda. Y cuando manda, se cobra: sueño, dinero, vínculos, futuro. Este libro existe para darle la vuelta a ese guion, sin moralina y con oficio.
No venimos a repetir lo que ya se sabe ni a regañar desde un púlpito. Venimos a ofrecer una combinación poco habitual: ciencia clara que se entiende, estrategias que se practican el lunes a las 8:00 y el sábado a las 23:30, y una mirada específica sobre lo que significa ser hombre hoy. Porque el riesgo, el rendimiento y el orgullo juegan distinto en nosotros: el trabajo a turnos, los vestuarios, la cuadrilla, el bar del cierre, el chat del grupo, el gimnasio, la obra, la cabina, la patrulla, el camión, la pista, el cuarto oscuro del hotel. Todo eso importa. Y cuando lo nombramos bien, el cambio deja de ser eslogan y pasa a ser agenda.
¿Por qué este libro es imprescindible? Porque junta piezas que suelen andar separadas. Hablamos de alcohol, tabaco y cannabis, sí, pero también de cocaína, hipnosedantes, opiáceos y sobredosis; y hablamos —con la misma seriedad— de juego, porno, pantallas, trading compulsivo. Explicamos la neurobiología del hábito sin jerga inútil y la aterrizamos en decisiones posibles: qué hacer con el primer viernes sin copa, cómo surfear el minuto 22 tras cerrar la caja, cómo hablar con un hijo sin incendiar la casa, cómo pactar con la pareja sin humillaciones, cómo usar fármacos que ayudan sin crear otra cárcel, cómo reducir daños para llegar vivos al lunes si todavía no hay abstinencia. Y todo con una brújula: menos épica de aguantar, más oficio de llegar.
Es imprescindible porque trata de hombres sin olvidar a quienes nos rodean. Si eres pareja, encontrarás lenguaje y límites que no destrozan: el “libro mayor” para que el dinero vuelva a ser de los dos, los rituales —llaves en el cuenco, móviles que duermen fuera del dormitorio— que devuelven previsibilidad, los contratos que no son amenazas sino acuerdos. Si eres padre o madre, tendrás guiones de conversación y semáforos por edades para no llegar tarde; si eres entrenador, encargado o jefe, te damos medidas que no son postureo; si eres profesional sanitario o de lo social, tienes itinerarios integrados, cribados que abren puertas y un lenguaje que a los hombres no nos expulsa.
Es imprescindible porque respeta el orgullo y lo pone a nuestro servicio. Sabemos que la vergüenza paraliza. Por eso aquí la palabra “honor” no se usa para empujar al abismo, sino para sostener decisiones: pedir ayuda a tiempo, usar naltrexona para que el sábado no devore el domingo, probar una microinducción de buprenorfina en vez de jugar a la ruleta de la retirada, retirar con paciencia las benzodiacepinas que se quedaron a vivir, llevar naloxona en la mochila si hay opioides cerca, decir “no conduzco” cuando el cuerpo no está para conducir, activar un plan de 72 horas tras un desliz sin convertirlo en derrota. El honor está en llegar, no en aguantar hasta romperse.
Es imprescindible porque no confunde dureza con salud. Hemos visto demasiadas noches que cobran facturas y demasiadas mañanas que no alcanzan. Por eso proponemos planes concretos: la regla 90/9/90 para turnos, el “urge surfing” para el impulso que sube como ola y baja si no lo alimentamos, los planes “si-entonces” que cortan cadenas, la brújula 30-60-90 para poner valores en agenda, el TIPP de DBT para desactivar ira y ansiedad en el baño de un bar, el control de estímulos que por fin saca la tentación del bolsillo. Pequeñas piezas, sí; pero colocadas juntas cambian la estructura de una vida.
Es imprescindible porque entiende que el tratamiento no es una puerta, es una red. En estas páginas la atención primaria no “deriva” y ya, llama delante del paciente; el ambulatorio, el hospital de día y el residencial se organizan como una caja de cambios; la comunidad terapéutica no se pelea con el MAT; los 12 pasos conviven con la psicoterapia y los fármacos útiles; la teleterapia no es un sucedáneo, es una carretera para quienes viven a turnos. Y, cuando llega el alta, no hay un “suerte”: hay cinco nombres, tres lugares de pertenencia y un calendario de 12 meses. La continuidad no es un lujo; es el corazón de lo que funciona.
Es imprescindible porque sabemos que la prevención real no cabe en carteles con dedos acusadores. Cabe en casas y barrios bien diseñados: acuerdos familiares que se revisan los domingos en 20 minutos, “cajas rojas” con planes de crisis pegadas a la nevera, autoexclusiones activadas y bloqueos bancarios que por fin hacen lo que prometen, entrenadores que ofrecen 0,0 con naturalidad, jefes que apagan el portátil y modelan límites, compañeros que saben reconocer el “ámbar” en un mensaje y llegan con un paseo y una conversación, vecinos que llaman por el nombre sin juicio, parroquias y centros cívicos que se vuelven lugares de pertenencia, empresas que miden el sueño como KPI de seguridad.
Es imprescindible porque no renuncia a la complejidad. Hablamos de depresión que se disfraza de enfado, de ansiedad que se llama “control”, de TDAH que lleva a la búsqueda de picos, de bipolaridad confundida con “racha”, de trauma que se mete en la cama y en el coche, de dolor físico que empuja a atajos peligrosos. Y por eso proponemos patología dual de verdad: psicoterapia y medicación cuando toca, ritmos sociales que devuelven reloj, deporte con horarios que no rompen, familia aliada sin papel de policía, empresa que ajusta, indicadores que miden lo que importa (sueño, trabajo, dinero, vínculos), y una cultura de recaída que no humilla: Asegurar, Bajar, Corregir.
Es imprescindible porque escribe en un llenguaje de la calle —de barrios y oficios— y porque habla en plural. No es “yo, experto, te explico”; es “nosotros, hombres y mujeres que queremos que esto salga bien, ponemos manos y cabeza”. Verás casos que se parecen a tu vida, no caricaturas; verás instrucciones que caben en una nota del móvil, no en una enciclopedia; verás respeto a la diversidad —sexual, cultural, religiosa— sin renunciar a límites claros. Y, si este libro se mete donde duele, es para salir con algo en la mano: un acuerdo, un número, un plan de sábado, un gesto.
Es imprescindible porque no promete milagros; promete oficio. Si buscas una frase que lo solucione todo, no la hemos escrito. Si buscas una caja de herramientas para vivir mejor —tú, tu pareja, tus hijos, tu equipo—, aquí está. Úsala a trozos o a pleno rendimiento. Léelo de principio a fin o por capítulos que necesites hoy. Subráyalo, discútelo, préstalo. Si eres hombre y te reconoces en estas páginas, no estás solo. Si convives con un hombre al que quieres y te duelen sus idas y venidas, hay caminos que no te piden dejarte la vida en el intento. Si trabajas con hombres —en salud, educación, empresa, deporte, seguridad—, aquí tienes material que puedes aplicar mañana.
Abrimos con una invitación sencilla: elige un gesto pequeño y hazlo ya. Poner 0,0 en la nevera; escribir dos objetivos SMART; llamar a tu enfermera para una cita; mover una app de lugar; preparar una “caja roja”; acordar una hora de dormir el móvil; comprar creatina de evidencia en vez de atajos —o, mejor, dormir—; decirle a un amigo “acompáñame el viernes” en vez de “yo puedo”. El resto del libro te acompaña con mapas, guiones y planes. No hace falta estar al borde para empezar; basta con querer llegar mejor.
Nos gustaría que, al cerrar estas páginas, muchos hombres pudieran decir otra frase que también aprendimos tarde: “No me hice de piedra; aprendí a estar”. Si este libro te ayuda a eso, habrá cumplido su misión. Si además te da palabras para cuidar sin romper, para poner límites sin desamor, para trabajar sin quemarte, para celebrar sin destruirte, para pedir ayuda sin sentir vergüenza, entonces habrá merecido su sitio en tu mesilla, en tu mochila, en tu vestuario, en tu despacho. Que así sea.
Aggiunta al carrello in corso… L'articolo è stato aggiunto

Con l'acquisto di libri digitali il download è immediato: non ci sono costi di spedizione

Altre informazioni:

Formato:
ebook
Editore:
masmasculino.com
Anno di pubblicazione:
2025
Dimensione:
10.1 MB
Protezione:
drm
Lingua:
Spagnolo
Autori:
masmasculino.com